dilluns, 27 de juny del 2011

Minis, historia y naturaleza




 Este sábado pasado fue un día de excursión. Estuve en Castellfollit de la Roca, un pequeño pueblo de poco más de un kilómetro cuadrado y mil habitantes. Este pueblo situado en la comarca de la Garrotxa, entre Banyoles  y Olot, es famoso por la pared basáltica sobre la cual está situado. Sin duda es una de las imágenes más famosas de Cataluña, el pueblo alargado sobre la Roca y envuelto por los ríos Fluvià y Toronell que lo van erosionando y provocando de tanto en tanto desprendimientos de roca, que algún día acabaran demoliendo el pueblo por completo (aunque por suerte, faltan siglos para ello). Podéis consultar la muy buena web que tiene este municipio donde saber muchas más cosas.

Estuve en este vello pueblo de la Garrotxa, porque se celebraba un concurso exposición de miniaturas. Un concurso organizado por la asociación la Fabrica Roja, que cuenta con un interesante foro en Internet. Sin duda las minis eran el motivo fundamental de la excursión, pero la belleza del lugar donde se celebraba el concurso ayudaba a encontrar aliados para hacer la excursión.
La Garrotxa, es una de las comarcas más bonitas de Cataluña. Buena parte de su atractivo viene dado por lo diferente que es al resto del territorio. Situada en la Serralada Transversal, cuenta con el parque natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa, un parque en el cual hay un buen número de volcanes. En concreto el volcà de Santa Margarida es visita obligatoria para cualquiera que quiera conocer algunos de los lugares más pintorescos de este país. El continuo ascenso por el exterior del volcán, caminando por un denso bosque eurosiberiano, conduce a la cima desde donde podemos contemplar la boca del volcán y descubrir con sorpresa una construcción humana en su interior:  una pequeña ermita que desafía a la naturaleza. Aún recuerdo el partido de futbol que hice dentro del volcán hace ya unos cuantos años cuando en el colegio nos trajeron de excursión. 
Castellfollit, como decía, es un pueblo muy pequeño. De hecho por extensión es uno de los más pequeños de Catalunya y casi todas las viviendas que lo conforman están construidas alrededor de una calle principal que recorre toda la montaña. El resto del pueblo, como un clásico pueblo-camino, está situado en los laterales de la carretera. El casco antiguo, buena parte de él construido con casas de piedras, es sin duda la parte más bonita del pueblo. Al final del mismo, cuando la montaña se acaba y ofrece un precipicio de más de cincuenta metros abierto al valle del Fluvià, se encuentra la antigua iglesia de Sant Salvador hoy transformada en salón de actos. Precisamente en el interior de la iglesia se celebró la exposición de miniaturas que fui a visitar. Había unas trescientas figuras de todas las escalas y marcas. Junto a los expositores algunas tiendas ofrecían las diferentes novedades del sector. La torre de la iglesia, que puede visitarse sin problemas (siempre que estes dispuesto a subir unos cuantos tramos de estrecha escalera de caracol) ofrece unas vistas immejorables del pueblo y de los alrededores, mejores aún, que las que hay en el mirador de Josep Pla.
Tras un rato viendo vitrinas y observando algunas demostraciones en vivo fuimos a comer. Tras la comida, visita a otro de los lugares más atractivos de la Garrotxa: la Fageda d’en Jordà, uno de los hayedos más meridionales de Europa. La Fageda situada en la carretera que une Olot con Santa Pau, es un lugar quasi místico, donde al entrar rápidamente cambia la luz y la temperatura. Los altos troncos, constituyen un techo natural de follaje verde-amarillento, que en contraste con el oscuro suelo volcánico, crean una estampa de postal. Es la tercera vez que visito la Fageda y siempre me ha parecido un lugar donde evadirse y dejar que la mente te abandone y piense en películas de Robin Hood. Siempre he visitado este lugar en verano, cuando el techo de hojas es más denso y siempre me ha impresionado el frescor que hay en el interior de estos bosques, evidenciado en los helechos que crecen por doquier. Lo que más me gusta de la Fageda y de este tipo de bosques, es la posibilidad de caminar por cualquier sitio. Acostumbrados a la densidad del bosque mediterráneo, donde salirse de los caminos y senderos es prácticamente imposible, el hecho de poder caminar por cualquier lado, pudiendo establecer itinerarios nuevos, siempre me ha atraído.
Tras el paseo por el bosque tocaba regresar al Penedès. Para hacerlo escogimos la opción de Vic en detrimento de la de Besalú-Girona. Uno de los motivos fundamentales para hacerlo, fue el poder atravesar los túneles de Bracons. Una de las obras de infraestructura más polémica de los últimos años pero al mismo tiempo, una autentica maravilla de la técnica. Seis o siete túneles, algunos de varios quilómetros de longitud, para atravesar el Puigsacalm, uno de los techos de las Serralada Transversal (más información de esta obra).
En fin, un sábado de minis, historia y naturaleza.
Aquí abajo os pongo algunas imagenes de las minis que más me llamaron la atención
 Aquí arriba hay una colección de figuras a escala 54 de fantasía. La mayoría son de la empresa Andrea y de la serie Warlord Saga.
 Aquí arriba una de las novedades de la empresa Nocturna. Un vikingo a escala 70mm.
 Aquí un busto de una cortesana francesa de la empresa el Viejo Dragón, pintado por una virtuosa del aerógrafo, Pepa Saavedra.
 Otra magnífica figura en 54 mm de la empresa Andrea.
 Una dinámica figura que se escapa de la peana, que no estoy seguro de que empresa lo fabrica.
 Y por último una escena con piratas en una taverna. Son figuras de la marca Romeo Models.

 Aquí finalmente una imagen del lugar en el cual se celebró el evento.