diumenge, 6 de maig del 2012

¿Adiós al Olímpico?

Hoy domingo 6 de mayo, día de la madre, quizás se ha jugado el último partido en el Olímpico. Al menos, el último partido hasta que haya un campo del siglo XXI. Y encima, el partido ha acabado con una frustrante derrota contra un muy buen equipo: Hostalets de Pierola.

Es posible que sea el último partido, porque ha presenciado el partido un delegado federativo, que ha tomado buena nota del campo de fútbol. Ha tomado buena nota del lamentable estado de la tierra (y eso que esta mañana nos hemos esforzado pasando la viga), de las zonas de playa, la hierba del lateral de la calle, el oxido de las porterías, la ausencia de vallas, los agujeros de las redes, los escombros y un largo etcétera que no sigo poniendo porque me da rabia tanto abandono. Incluso hablando con el delegado me ha preguntado: "he visto que hay una puerta llena de agujeros y golpes" y yo le he dicho, "pues sí, de hecho, cada cierto tiempo algunos impresentables se dedican a destrozar el campo" y claro, el hombre flipaba.


Y es que es frustrante. Uno puede entender que el ayuntamiento de hoy y de siempre no tenga pasta, uno puede entender que el ayuntamiento de hoy no considere prioritario invertir en el campo, uno puede entender que al ayuntamiento el club de fútbol le importe un pito, uno puede entender que la gente pase del fútbol y no colabore, uno puede entender que las empresas y comerciantes no puedan ayudar económicamente, uno puede entender, en definitiva, que a la inmensa mayoría del pueblo el equipo y el campo les importe una mierda. Todo eso se puede entender, es triste y da pena, pero es entendible. Cada cual se aficiona a lo que quiere, a correr por la montaña, a tocar tambores, a pasear gigantes, a matar jabalís, a beber quintos o a tocarse las pelotas. Todo eso está muy bien. Lo que uno no puede entender, por mucho que pasen los años y por mucho que sepa que en este pueblo hay demasiados gilipollas, es ¿por qué coño tiene que venir algún indeseable a destrozar las peores instalaciones del mundo? ¿No les parece que ya están suficientemente hechas mierda?, ¿no se hartan de reír, sólo al ver el estado en que se encuentra el campo?

Pues no. Parece que hay algunos imbéciles (espero y deseo que pocos) que tienen entre sus aficiones destrozar el campo de fútbol. No voy a enumerar todos los destrozos que he visto en quince años porque no quiero aburrir al personal. Pero lo han tocado todo: puertas, focos, ventanas, vestuarios, bar, redes, vallas, gradas, incluso el propio terreno de juego. En Sant Joan, por ejemplo, es un desastre la mierda que llega a acumularse, entre restos de petardos y de botellones.


Y sí, hoy, de nuevo estos gilipollas han decidido pasar de nuevo por Olesa. Y a todas las desgracias que se están acumulando en las últimas semanas, hay que añadir el estado en el que hemos encontrado el campo esta mañana. Sinceramente, lo que se me ha pasado por la cabeza al llegar, ha sido subirme al coche e irme a casa y meterme de nuevo en la cama. ¡¡Y que le den por el culo!! Pero no, hemos estado adecentándolo todo y haciendo fotos para que ahora las podáis ver. Y después, tras un par de horas de preparativos hemos saltado a jugar.

Y de fútbol no tengo ganas de hablar hoy. Creo que lo que toca es decir que entre todos estamos consiguiendo que una institución de más de cuarenta años desaparezca. O al menos deje de jugar en el campo del pueblo. Y no olvidemos que este equipo y este club pasean el nombre de Olesa por el Penedès. Aunque a la inmensa mayoría parece importarle una mierda. Y no es solo cuestión de dinero, hay muchas otras cosas. Muchas cosas que estamos hartos de escuchar. ¡Incluso pintadas ha habido contra el club en su momento! Pues bueno, quizás esos han ganado la guerra. Y el año que viene el campo de fútbol se convierta en un lugar para celebrar botellones, raves y para que los okupas disfruten de los vestuarios... Igual incluso se monta un campamento de esos que a la gente le gustan tanto. En fin, esperemos que nada de esto suceda... pero pinta mal, muy mal...

Os dejo con las fotos que he tomado esta mañana, y perdonar el elevado número de tacos. Pero realmente estoy muy cabreado.


 Esto de aquí arriba es lo que se veía desde la puerta al entrar.
 Los imbéciles algo saben escribir, por sorprendente que pueda parecer, no queda muy claro lo que pone, pero tampoco vamos a pedirle peras al olmo.
 Aquí el juego ha sido colgar una silla en el pino. Si os fijáis bien la podéis ver, en dos trozos.
 La tubería del agua la han desenterrado, que raro que no la hayan roto...
 Otra firma de los payasos...
 El mármol de la barra arrancado...
 .... y hecho añicos en las escaleras de las gradas...


 El contador de la luz roto y manipulado. Por suerte hemos podido ponerlo en marcha.

 El lavabo lleno de escombros...
 Porque han decidido romper la ventana a ladrillazos.
 Unos golpes en la puerta de este mismo lavabo... ¿Será la marca de la tochana?